Achille Castiglioni siempre estuvo detrás de un objetivo: utilizar el mínimo de materiales para crear el máximo efecto. Todo ello en una combinación de arte, ciencia, estética, ergonomía y sentido práctico de la vida.
Sus métodos se basaban en el objetivo de establecer las facetas múltiples, las cualidades, los procesos, los servicios y sus sistemas en todo el ciclo de vida del objeto. Se trataba de estudiar la función y la forma, la conexión entre el producto y el usuario, entendiendo el producto como aquello procedente de cualquier área de cualquier otra arquitectura.
Sus años de docencia de Diseño Industrial, primero en Torino y después en Milán, hicieron que la influencia de los Castiglioni, Achille y sus hermanos, calara en centenares de estudiantes.
Descubrí a mi caro Achille el anno domini de 1973, dentro de una casa en que habían tenido el gusto de poner la lámpara ARCO iluminando su mesa de comedor. Ello me despertó, desde entonces, un creciente interés por su obra, nunca menguante.