"De la misma forma que la esencia más profunda de la música se halla en los silencios entre las notas, la del dibujo está en el vacío activado por las marcas.
En este dibujo no ejecuté la cabeza de la mujer, pero no solo se vive con intensidad sino que podríamos describir claramente su posición y actitud emocional: la cabeza está erguida hacia el cielo, mirando al infinito en la dirección de la mano--que tampoco está, aunque se la perciba abierta, con la palma extendida hacia arriba, como ofreciendo algo--la barbilla alzada sobre el cuello estirado, en actitud de extrema afirmación vital, casi desafiante." Pablo Díaz