El padre de Martin Janecký trabajaba en una fábrica de vidrio que producía vajillas, jarrones y objetos decorativos...
Martin encontró fascinante este oficio y empezó a soplar vidrio cuando sólo tenía 13 años.
Desde el principio, hizo cualquier trabajo que le encargaran para estar cerca de los vidrieros y así poder aprender trucos y técnicas.
Lo tuvo claro, no quería hacer jarrones; su interás se centró en la escultura de figuras humanas, aunque podemos encontrar en su biografía varios trabajos experimentales con objeto decorativo, como el desarrollado con Nendo y Jiri Pacinek en el 2013: Patchwork Glass.