Un 7 de marzo, como hoy, dos vagamundos conversan mientras pasean por el arrabal:
Uno:
"Me gusta pensar que la RBU sería algo que nos permitiría dedicarnos a todo lo que se considera "improductivo" o "inútil": pasear, disponer de tiempo libre, ir al cine, estar con los amigos etc... y el que quiera trabajar mucho y amasar su fortunilla, pues, libre es, pero va a acabar criando malvas igual que el que haya decidido ser un disfrutón, vivir con lo necesario (que ciertamente es poco) y utilizar su tiempo para compartirlo o dedicarlo a aquello que le gusta".
Otro:
"Eso tendría que ser".
"Un 7 de marzo, como hoy, en 1979, Foucault leía una de sus lecciones en el Collège de France sobre el nacimiento de la biopolítica. Dedicó el curso al origen del neoliberalismo. Comentaba la propuesta de Giscard D'Estaing de crear un impuesto negativo, es decir, una renta básica universal, con el objeto de que no se detuviera el consumo. Quitar todas las subvenciones y sustituirla por esta aportación. A continuación, claro, sostiene que así los ricos podrían crear sin problemas un sistema dual de sanidad, educación, etc. y disfrutarlo sin complejos. Quienes defendemos la RBU debemos ser conscientes de que bajo esta forma es un invento del neoliberalismo para justificar el desmontaje de los servicios públicos. Hay que repensar las propuestas no vaya a ser que los dioses nos castiguen concediéndonos lo que pedimos. Por cierto, es en la obra (El nacimiento de la biopolítica) donde por primera vez se usa la expresión "empresarios de sí mismos" como el objetivo central de la economía neoliberal como educadora de la humanidad." Fernando Broncano Rodríguez