La danza Buto (Ankoku Buto) es la danza de las tinieblas o danza del cuerpo oscuro generado por la violencia, la guerra, el dolor, las mutilaciones, el horror y los gritos desesperados... el escenario que presenciamos transporta al actor/espectador (en el silencio) a una suspensión momentánea de su condición humana en un intento desesperado de suprimir temporalmente diferencias aparentes y desigualdades necias, transformando los cuerpos en organismos blancos y etéreos, recuperando la condición primaria que nos permite extender la conexión de los cuerpos con el lugar.
En ese extraño ritual no caben discursos apocalípticos, mucho menos clichés oportunistas que banalizan nuestras culturas, continuamente a la caza de un estereotipo conveniente: Sankaijuku habla de una relación complicada y recíproca de la vida/muerte con el mundo, por eso, universal.