Gansos salvajes
Mary Oliver
No tienes que ser buena.
No tienes que atravesar el desierto de rodillas, arrepintiéndote.
Solo tienes que dejar al suave animal de tu cuerpo
amar lo que ama.
Háblame de tu desesperanza, tuya, y yo te hablaré de la mía.
Mientras, el mundo sigue.
Mientras, el sol y las piedras limpias tras la lluvia
se mueven por los paisajes,
sobre praderas y profundos árboles,
sobre ríos y montañas.
Mientras, los gansos salvajes, alto en el aire azul y limpio,
comienzan su vuelta a casa.
Quienquiera que seas, no importa cuán solitario,
el mundo se ofrece para tu imaginación,
te llama como estos gansos salvajes —severos y emocionantes—
una y otra vez anunciando tu lugar
en la familia de las cosas.
Portada: Landscape. Piet Mondrian