Todo parece pequeño con ojos de adulto, la inmensidad es el lugar donde habitan los niños...

DICEN BÁRBARA Y ANA:

“La figura del solo me resulta aburrida, difícil y triste, sin embargo el proyecto propone investigar esta figura, llegar al solo. ¿Cómo deshacerme de estos atributos? ¿Cómo llegar acompañado? Estoy leyendo un trozo de papel que encontré en la calle hace unos dias. Dice: me interesa estar solo. ¿Quién lo dejó caer?.

Empecemos un diálogo, una conversación entre dos. Un Solo hecho por dos, para dos.”

Trabajando desde ciudades distintas, Ana y Bárbara se sumergen en este experimento, la creación de un solo de danza, juntas. No quieren trabajar solas, no quieren dirigir a la otra, no quieren autodirigirse. Dirigirse a través del otro en silencio.

Por medio de un sistema de trabajo con consignas claras y precisas que las mantiene unidas, contenidas y acompañadas empiezan a generar movimiento...

Evitando grandes pretensiones de escenografía, la propuesta de Platel está llena de simbolismos y movimientos involuntarios del cuerpo, inspirados en su trabajo de profesor en una escuela infantil para niños con discapacidades motoras.

Los impresionantes movimientos de los actores reinterpretan las dificultades de desplazamiento y conversación de las personas que padecen algún tipo de discapacidad intelectual y motora, ya que, su idea de fuerza vital, radica en la “fe en el poder del cuerpo humano, como herramienta emocional y transmisora de la memoria”